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La épica victoria de Frank Vandenbroucke en la Lieja-Bastoña-Lieja de 1999: un momento inolvidable en la historia del ciclismo

En el mundo del ciclismo, hay victorias que trascienden lo ordinario y se convierten en leyenda. Una de esas gestas épicas es la victoria de Frank Vandenbroucke en la Lieja-Bastoña-Lieja de 1999. Hoy, 18 de abril de 2024, se cumplen precisamente 25 años de esta gesta. Este hito no solo marcó un momento histórico en la carrera de Vandenbroucke, sino que también se inscribe como uno de los momentos más memorables en la larga historia de esta legendaria carrera.

La Lieja-Bastoña-Lieja, también conocida como «La Doyenne», es una de las carreras más antiguas y prestigiosas del calendario ciclista. Con su ruta desafiante y su exigente perfil montañoso, este monumento del ciclismo ha sido un campo de batalla para algunos de los ciclistas más valientes y talentosos del mundo. Pueden encontrar más información sobre la historia de esta clásica en el libro MONUMENTOS de Peter Cossins. En su edición de 1999, la carrera prometía ser un espectáculo emocionante, con un pelotón repleto de estrellas del ciclismo ansiosas por añadir su nombre al ilustre palmarés de la Lieja-Bastoña-Lieja.

Frank Vandenbroucke. Un ciclista con un talento deslumbrante y una historia controvertida

Frank Vandenbroucke era conocido por su talento prodigioso y su estilo agresivo sobre la bicicleta. Desde una edad temprana, demostró ser un corredor excepcional, capaz de brillar en las clásicas y en las grandes vueltas por etapas. Sin embargo, su carrera estuvo marcada por altibajos, con momentos de gloria seguidos de controversias y dificultades personales. En 1999, Vandenbroucke estaba en el apogeo de su carrera, pero también luchaba con problemas fuera de la bicicleta que amenazaban con eclipsar su talento sobre ella. El libro DIOS HA MUERTO, escrito por Andy McGrath describe a la perfección toda esta vida llena de altibajos.

La Lieja-Bastoña-Lieja de 1999. Una batalla épica en las carreteras de Bélgica

El día de la carrera amaneció con un clima desafiante, típico de la región de las Ardenas belgas. Bajo un cielo nublado y con temperaturas frescas, los corredores se alinearon en la salida, conscientes de que se enfrentarían a un día duro en las carreteras ondulantes de las Ardenas. Desde el principio, la carrera fue intensa, con varios ataques y contraataques en los primeros kilómetros. El pelotón se redujo rápidamente, dejando a los favoritos en un grupo selecto cuyo ritmo frenético no fueron capaces de seguir la mayoría.

Vandenbroucke, siempre un corredor audaz, no tardó en mostrar sus intenciones. En las ascensiones clave como la Côte de Stockeu y la Côte de la Redoute, el belga se mantuvo en el frente del pelotón, marcando el ritmo y probando las piernas de sus rivales. A medida que la carrera se acercaba a su desenlace, un grupo todavía más selecto de corredores se destacaba, con Vandenbroucke en su seno, mostrando una determinación feroz en cada pedalada.

Faltando poco más de 20 kilómetros para la meta, en la legendaria subida de la Côte de Saint-Nicolas, Vandenbroucke lanzó un ataque demoledor que sacudió al grupo de favoritos. Con una aceleración explosiva, dejó atrás a sus rivales, mostrando una fuerza y una determinación que no podían ser igualadas. Desde ese momento, se convirtió en el hombre a batir, con solo la larga y exigente recta final de Lieja entre él y la gloria.

Con el corazón bombeando y el público animándolo en las calles de Lieja, Vandenbroucke mantuvo su ventaja, pedaleando con una ferocidad implacable hacia la línea de meta. A medida que cruzó la cinta de llegada, el belga levantó los brazos en señal de victoria, con una sonrisa de satisfacción y alivio en su rostro. Había logrado lo que muchos consideraban imposible: vencer a los mejores en uno de los escenarios más exigentes del ciclismo mundial.

El legado de una victoria épica

Libros de Ruta  1213049803-203x300 La épica victoria de Frank Vandenbroucke en la Lieja-Bastoña-Lieja de 1999: un momento inolvidable en la historia del ciclismo

(Photo by Gero Breloer/picture alliance via Getty Images)

La victoria de Frank Vandenbroucke en la Lieja-Bastoña-Lieja de 1999 quedará grabada en la memoria de los aficionados al ciclismo para siempre. Fue un triunfo que no solo demostró su talento innegable como ciclista, sino también su fuerza mental y su capacidad para superar las adversidades. Sin embargo, la carrera de Vandenbroucke continuaría siendo turbulenta, con altibajos que empañaron su brillantez en la bicicleta.

La Lieja-Bastoña-Lieja de 1999 fue mucho más que una carrera ciclista; fue un drama épico que capturó la esencia misma del deporte. En la figura de Frank Vandenbroucke, vimos reflejados los altibajos del ciclismo profesional, pero también la capacidad de los grandes campeones para superar las dificultades y alcanzar la gloria en las carreteras más duras del mundo. Su victoria sigue siendo un recordatorio inspirador de lo que se puede lograr con talento, determinación y coraje en el mundo del ciclismo. Pero también de lo fácil que es perderse en la vida.

Pelotón Hogar. En marzo a la venta este indispensable libro de relatos de Paul Fournel

Libros de Ruta Nuestros libros  1110x400_Slider_PELOTON-HOGAR Pelotón Hogar. En marzo a la venta este indispensable libro de relatos de Paul Fournel El 20 de marzo ponemos a la venta un libro muy especial. Se trata de un libro de relatos de Paul Fournel, uno de los escritores que mejor describe y narra en sus textos la belleza y la singularidad del ciclismo. El escritor francés Paul Fournel vuelve a escribir de ciclismo tras su exitoso La soledad de Anquetil. En esta ocasión, con un libro de 45 relatos breves y cuentos en los que esprínteres, ciclistas al borde de la retirada, furiosas campeonas y todo tipo de habitantes del pelotón ciclista se reúnen y hablan sobre el hogar que comparten: el pelotón.

El pelotón es la casa móvil de los ciclistas. Una casa colorida y felina que se extiende, que se recoge, que teje su camino y dibuja la carrera. Hay tantas formas de vivir en esta casa como corredores. Unos descansan ahí, otros se esconden, unos hacen las tareas de la casa, otros van a mirar por la ventana. Los más audaces y los más experimentados se escapan. Pero todos ellos, todavía, se reúnen allí todas las mañanas. En el pelotón hogar.

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¿Quién es Paul Fornel?

Paul Fournel nació el 20 de mayo de 1947 en Saint-Étienne. Tras su paso por l’École Normale Supérieure de Saint-Cloud, se dedicó a la investigación y a la enseñanza, aunque es como editor —de Hachette o de Ramsey, entre otras prestigiosas editoriales— y escritor donde encuentra su verdadera vocación. Fournel ha escrito novelas, poemas, libros infantiles, relatos (Les grosses rêveuses, 1981; Les athlètes fans leur tête, 1988, premio Goncourt de novela breve, llevado al teatro por André Dussolier en 2003), ensayos (Bicio, 2004) y hasta un diccionario de ciclismo (Méli-Vélo, 2008). La soledad de Anquetil (2012), su personal retrato del gran ciclista francés, obtuvo el Premio Jules Rimet al Mejor Libro del Año y el Premio Lire al Mejor Libro Deportivo del Año, y fue adaptado al teatro.

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Ciclocrós: un viaje atrás en el tiempo a través del barro y la determinación

Ciclocrós Libros de fotos Libros de Ruta  women-7806740_1280-300x201 Ciclocrós: un viaje atrás en el tiempo a través del barro y la determinación Este fin de semana, la temporada de ciclocrós llega a su cénit con la disputa del Campeonato del Mundo. Y se disputa en la República Checa, en Tabor, una de las ‘catedrales’ de esta disciplina y cita habitual en el calendario internacional, uno de los grandes circuitos fuera del ‘corazón’ de esta disciplina, que se sitúa en los Países Bajos y Bélgica

El ciclocrós, es una disciplina ciclista única y apasionante, que tiene sus raíces en la Europa del siglo XIX. A medio camino entre la carretera y la bicicleta de montaña, el ciclocrós es una fusión de velocidad, habilidad técnica y resistencia física. Pero, para comprender completamente este emocionante deporte, es necesario adentrarse en la historia que lo ha visto evolucionar desde sus humildes comienzos hasta la competición internacional que conocemos hoy.

Orígenes en Europa: el nacimiento de una disciplina 

El ciclocrós tiene sus raíces en Bélgica, a finales del siglo XIX, cuando los ciclistas decidieron desafiar las inclemencias del tiempo invernal para mantenerse en forma durante la temporada baja. Lo que comenzó como un entrenamiento de invierno informal se convirtió rápidamente en un fenómeno en sí mismo. Los ciclistas, ávidos de desafíos, empezaron a organizar carreras a través de campos, bosques y caminos embarrados.

La primera competición oficial de ciclocrós se llevó a cabo en 1902 en Francia, conocida como la «Course des Champs Elysées». Desde entonces, el ciclocrós se ha arraigado en la tradición deportiva europea, especialmente en Bélgica y los Países Bajos, donde se ha convertido en algo más que una disciplina de invierno, transformándose en una parte integral de la cultura ciclista.

La esencia del ciclocrós: obstáculos, barro y adrenalina

Una de las características distintivas del ciclocrós es el recorrido del circuito, que suele incluir una variedad de terrenos: desde prados y caminos de tierra hasta bosques y tramos embarrados. Los ciclistas se enfrentan a obstáculos como barreras, escaleras y zonas de arena, lo que agrega una dimensión técnica única a la competición. La habilidad para montar y desmontar rápidamente de la bicicleta es esencial, ya que los ciclistas deben superar estos desafíos en tiempo récord.

El terreno embarrado, una marca registrada del ciclocrós, añade una dosis extra de emoción. Los competidores luchan contra el barro que se acumula en las ruedas y los componentes de la bicicleta, haciendo que cada pedalada sea una batalla contra las fuerzas de la naturaleza. La resistencia y la destreza técnica son igualmente cruciales en el ciclocrós, ya que los ciclistas se esfuerzan por mantener la velocidad a través de terrenos difíciles y cambios constantes en la superficie.

Ciclocrós internacional: la expansión de un deporte intrépido

A medida que el ciclocrós se consolidaba en Europa, comenzó a ganar reconocimiento a nivel internacional. La Unión Ciclista Internacional (UCI) reconoció oficialmente el ciclocrós como una disciplina en 1950, y desde entonces ha habido una creciente presencia de competiciones en todo el mundo.

El Campeonato Mundial de Ciclocrós, que se celebra anualmente desde 1950, se ha convertido en uno de los eventos más destacados del calendario ciclista. Atrae a los mejores ciclistas de todo el mundo que compiten por el prestigioso título de campeón mundial en una prueba que combina velocidad, agilidad y resistencia en un exigente circuito diseñado para poner a prueba las habilidades de los participantes.

Íconos del ciclocrós: nombres que resuenan en el barro

A lo largo de los años, el ciclocrós ha producido héroes y leyendas que han dejado su huella en el barro de los circuitos. Uno de los nombres más venerados es el belga Sven Nys, conocido como el «Caníbal del Ciclocrós», quien dominó la escena durante más de una década y que hoy dirige el equipo Baloise Trek Lions. Otros ciclistas destacados recientes son  Mathieu van der Poel, Wout van Aert y Marianne Vos, quienes han elevado el perfil del ciclocrós con sus actuaciones impresionantes y su dedicación al deporte. A diferencia de Nys, estos tres también han brillado en la carretera, son grandes estrellas también de la carretera, atrayendo nuevas audiencias a este deporte.

Evolución tecnológica: bicicletas y equipamiento especializados

A medida que el ciclocrós ha evolucionado, también lo ha hecho la tecnología asociada. Las bicicletas de ciclocrós han experimentado cambios significativos para adaptarse a las exigencias del terreno y los obstáculos. Caracterizadas por cuadros ligeros, frenos de disco y neumáticos más anchos y con mayor agarre, estas bicicletas son máquinas especializadas diseñadas para enfrentarse a los retos únicos del ciclocrós.

El desarrollo de tecnologías como los frenos de disco hidráulicos ha mejorado la capacidad de frenado en condiciones húmedas y embarradas, proporcionando a los ciclistas un mayor control sobre sus bicicletas. Además, la introducción de materiales avanzados ha permitido la construcción de bicicletas más ligeras y resistentes, optimizadas para enfrentarse a los rigores del ciclocrós.

Ciclocrós femenino: una evolución imparable

A medida que el interés por el ciclocrós ha crecido, el ámbito femenino ha experimentado una evolución significativa. La inclusión de categorías femeninas en eventos de alto nivel ha llevado a un aumento en la participación y la visibilidad de las ciclistas femeninas en el ciclocross. Ciclistas como Marianne Vos, Katie Compton y Lucinda Brand han demostrado que las mujeres pueden competir a un nivel extraordinario, elevando el estatus y la apreciación del ciclocross femenino.

Ciclocrós y comunidad: más allá de la competiciónCiclocrós Libros de fotos Libros de Ruta  sven-nys-1946694_1280-300x272 Ciclocrós: un viaje atrás en el tiempo a través del barro y la determinación

El ciclocrós no es solo una competición; es una experiencia comunitaria. Las carreras de ciclocrósa menudo se llevan a cabo en entornos accesibles, lo que permite a los espectadores disfrutar de cerca la acción. Los eventos locales suelen atraer a la comunidad ciclista y a aficionados que se reúnen para animar a los competidores, compartir experiencias y disfrutar de la emoción del ciclocrós.

Además, el ciclocrós es conocido por su atmósfera festiva, especialmente durante la temporada de invierno. La cerveza y los puestos de comida contribuyen a esta fiesta. Los circuitos a menudo atraviesan áreas urbanas, lo que facilita el acceso de los espectadores y crea una conexión única entre los competidores y la audiencia.

Conclusión: Ciclocrós, más que una disciplina, una aventura

El ciclocrós, con su mezcla única de desafíos técnicos y condiciones impredecibles, ha evolucionado desde sus modestos inicios en campos fangosos hasta convertirse en una disciplina internacional apasionante. A través de los años, ha visto la ascensión de íconos, la expansión global y una evolución tecnológica que ha mejorado la experiencia de los ciclistas y espectadores.

Más que una competición, el ciclocrós es una aventura que conecta a los amantes del ciclismo con la esencia misma del deporte. Ya sea enfrentándose al barro, superando obstáculos o simplemente disfrutando de la camaradería en eventos locales, el ciclocrós se mantiene fiel a sus raíces intrépidas, recordándonos que, en el mundo del ciclismo, la diversión y la emoción son tan importantes como la victoria en sí.

Libros de ciclocrós recomendados

Aunque no haya tanta literatura como en la disciplina de carretera, también tenemos unos pocos libros sobre esta disciplina:

Mud or Glory

Rainbows in the mud