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Cosmés es un hombre inmaduro y entrañable, un ser bondadoso que no acierta a comprender el mundo que le rodea, un ciclista solitario, incansable, que surca los valles, los montes y las praderas, sin entender que su continuo pedalear no es más que un soterrado deseo de huir del mundo, de la gente y, quizás, de sí mismo. Le acompañan, entre otros, una anciana millonaria y promiscua, un budista políglota que llena la ciudad de pintadas para superar su timidez, una ex miss existencialista, un pintor brasileño enamorado de una togolesa inmensamente obesa, una cocinera leonesa eterna estudiante de inglés, un torero gabonés, un coleccionista de cuadros y una monja de clausura fiel seguidora de las noticias de las revistas de corazón. El ciclista solitario está conformado por seres desvalidos y enfermos de melancolía, cuyas vidas giran entre pasiones, abandonos y reencuentros, acompañados de robos de cuadros, cobros de herencias, misteriosos asesinatos y la necesidad de escribir un libro.
Autor | Ramón Bodegas |
ISBN | 978-8478446643 |
Páginas | 296 |
Formato | Rústica |
Presentación | Tapa blanda |
Fecha publicación | 2004 |
Editorial | Siruela |
Medidas | 0 x 0 cm |
José Ángel Jurista. ABC, 2004.
Lo mejor de esta novela radica en la presentación de sus varios personajes, que terminan reteniéndose una vez acabada y no porque el autor se haya mostrado sutil al describir sus peculiares rarezas de carácter ni nada que se le parezca sino, y ello es importante, porque con todo y ser unos personajes de farsa poseen esa autonomía narrativa que se adivina cuando las cosas llegan a un buen fin.
Javier Goñi, El País, 04/09/2004.
Este tal Bodegas, que tan buen rato le ha hecho pasar a este lector, el mismo que le hará pasar a los lectores que estas lineas atrapen, debe ser, ya digo, un redomado afrancesado y un casta -que dirían en el solar paterno, él que nació en gallinero de Rioja, que es nombre de localidad que impone, y obliga- total. El mundo real es ciertamente bastante absurdo y en El ciclista solitario se nos da, con inteligencia y fino humor de muchos quilates, una vuelta de tuerca, absurda y lírica, de ese mundo real.
Autor | Ramón Bodegas |
ISBN | 978-8478446643 |
Páginas | 296 |
Formato | Rústica |
Presentación | Tapa blanda |
Fecha publicación | 2004 |
Editorial | Siruela |
Medidas | 0 x 0 cm |
Cosmés es un hombre inmaduro y entrañable, un ser bondadoso que no acierta a comprender el mundo que le rodea, un ciclista solitario, incansable, que surca los valles, los montes y las praderas, sin entender que su continuo pedalear no es más que un soterrado deseo de huir del mundo, de la gente y, quizás, de sí mismo. Le acompañan, entre otros, una anciana millonaria y promiscua, un budista políglota que llena la ciudad de pintadas para superar su timidez, una ex miss existencialista, un pintor brasileño enamorado de una togolesa inmensamente obesa, una cocinera leonesa eterna estudiante de inglés, un torero gabonés, un coleccionista de cuadros y una monja de clausura fiel seguidora de las noticias de las revistas de corazón. El ciclista solitario está conformado por seres desvalidos y enfermos de melancolía, cuyas vidas giran entre pasiones, abandonos y reencuentros, acompañados de robos de cuadros, cobros de herencias, misteriosos asesinatos y la necesidad de escribir un libro.
José Ángel Jurista. ABC, 2004.
Lo mejor de esta novela radica en la presentación de sus varios personajes, que terminan reteniéndose una vez acabada y no porque el autor se haya mostrado sutil al describir sus peculiares rarezas de carácter ni nada que se le parezca sino, y ello es importante, porque con todo y ser unos personajes de farsa poseen esa autonomía narrativa que se adivina cuando las cosas llegan a un buen fin.
Javier Goñi, El País, 04/09/2004.
Este tal Bodegas, que tan buen rato le ha hecho pasar a este lector, el mismo que le hará pasar a los lectores que estas lineas atrapen, debe ser, ya digo, un redomado afrancesado y un casta -que dirían en el solar paterno, él que nació en gallinero de Rioja, que es nombre de localidad que impone, y obliga- total. El mundo real es ciertamente bastante absurdo y en El ciclista solitario se nos da, con inteligencia y fino humor de muchos quilates, una vuelta de tuerca, absurda y lírica, de ese mundo real.